lunes, 12 de julio de 2010

Un saludo a Paco Saenz.

So long Riders… I will see you soon loving the Open Road in different way…

Por José Francisco Sáenz Alvarez


RIDE & ROLL
Mexicali, BC, Julio 14 de 2010.- Estimados Riders,
buen día; gracias por tomarse un minuto para leer
la presente comunicación que me he permitido
escribirles.
Como quizá ya todos estarán enterados, tuve un
desafortunado accidente el pasado domingo 04 de
Julio, haciendo mi Rodada dominical por la
mañana, transitando por la US-94 y de regreso a
Mexicali.
Quiero reiterar el término “desafortunado
accidente”, ya que el mismo no tenía ningún
sentido de ocurrir si consideramos un manejo
adecuado de la Moto, una velocidad de 40 mph
entrando a una “curva ciega” hacia la derecha,
excelente visibilidad, weather de 75°F, hora: 10:40
AM.
Al entrar a la curva de manera impredecible y que
hasta el momento desconozco el porqué, un
hombre mayor se encontraba “parado”, literalmente
“parado”, en medio de mi carril en la carretera.
¿Qué hacía ahí?... ¿Porqué estaba parado en una
parte de la curva que hacía materialmente
imposible que cualquier conductor que entrara a la
curva ciega lo ´pudiera “pre-ver” y así evitar un
accidente?... no lo sé… lo que vino después fue una
rápida secuencia de eventos.
Cuando divisé al caballero que imprudentemente
estaba parado sobre mi camino, logré inclinar mi
FJR en sentido contrario para evitar embestirlo de
frente lo cual logré con dificultad, porque el
caballero se movió precisamente en esa dirección y
logré pegarle de rozón con el espejo lateral
derecho, con el tubo protector del chasis y la
mochila trasera derecha, lo cual me causó una
pérdida en la estabilidad de mi moto y entonces me
fui derrapando sobre el lado izquierdo hasta
quedar estampado a la vereda del camino.
De esta manera y no me pregunten por qué,
ocurrió algo que nunca imaginé que pasara en un
“full face helmet”: resulta que la visera de mi
Helmet se abrió ¿y qué creen?... el windshield de la
moto se me impactó de manera esquinada en mi
cara, fracturando mi nariz, mi tabique y
causándome una profunda herida en la ceja
derecha, lo cual me generó una abundante pérdida
de sangre.
Cuando terminé de caer, me quité el helmet y cuál
no sería mi sorpresa cuando observé que ya
estaban ahí los paramédicos, los bomberos y la
California Highway Patrol desviando tráfico.
Recuerdo tan bien que mi primer pensamiento al
incorporarme fue: “caray, que rápidos son estos
gringos… apenas si me caí y ya están aquí…” lo
que en realidad pasó es que me imagino que
estuve de 15 a 20 minutos inconsciente, ya que la
oficina más cercana del Sheriff está a 10 millas del
lugar del accidente, y entre que alguien pasó y
reportó el accidente y llegó la ayuda, pues ese
tiempo cuando menos, debió haber pasado.
Para los Riders que conocen la US-94, les comento
que el accidente fue en el tramo comprendido entre
Campo y Bvd. Manzanita, un par de curvas antes de
pasar por debajo del puente del FFCC.
So long Riders… I will see you soon loving the Open Road in different way…
Por José Francisco Sáenz Alvarez
RIDE & ROLL
Lo que siguió ya fue mero trámite. Los paramédicos
se llevaron encamillado al imprudente amigo al
hospital de El Cajon, a mí me revisaron, me
detuvieron el “sangrerío”, verificaron mi presión
arterial y el estado de mi osamenta, la cual gracias
a Dios no mostró ninguna fractura, mis signos
vitales perfectos, mi sentido de la orientación y la
ubicación inmejorables y me pidieron que los
acompañara al Hospital del Cajon para que me
“cosieran” la herida en la frente a lo cual por
supuesto que me rehusé dado el estado de salud y
conservación que mi organismo y mi persona
mostraban y después de rehusar por escrito la
“amabilidad médica” de los eficientísimos servicios
de salud, me dieron luz verde para regresar por mi
cuenta a mi lugar de origen: Mexicali.
El oficial de la CHP me ayudó a parar la moto, la
eché a volar, me hizo manejar en corto unos
“ochos” en la carretera para comprobar el estado
mecánico de la “baika” y una vez aprobado el
improvisado examen mecánico y de manejo y con
su bendición, me dio luz verde para “Chicali again”.
El viaje de vuelta y el recorrido de las 66 millas
para llegar a casa, fueron particularmente difíciles
pero bueno, logré llegar directo a casa, guardé la
moto, me quité mi Chamarra de verano que a esas
alturas ya era roja porque la sangre no dejó de fluír
gota a gota. Para colmo, en mi casa a la hora que
llegué no había nadie ya que mi familia andaba en
otras diligencias y no les quise avisar hasta yo
tener la situación controlada, así que me subí a mi
auto y me dirigí al México Hispanoamericano, me
interné y para las 9 de la noche ya me estaban
operando nariz y tabique.
A la FJR afortunadamente tampoco le ocurrió gran
cosa, fuera del Windshield desprendido, el espejo
derecho lastimado y del lado izquierdo, la mochila
trasera raspada. Daños menores que nuestro buen
amigo Carlos Ernesto Topete tendrá a bien reparar
con la maestría que le caracteriza.
Bueno, pues eso fue lo que pasó, ni más ni menos.
He querido comentarles estos hechos para que
cada quien capitalice lo que quiera capitalizar y
para que tomen precauciones adicionales a las que
generalmente cada quien toma.
Hay un hecho cierto: un accidente desafortunado
en motocicleta a cualquier Rider le puede suceder
en cualquier momento, sin importar su grado de
pericia o impericia, su gran experiencia o la
ausencia de la misma, su prudencia o imprudencia
al manejar y si se rueda mucho o se rueda poco.
El caso es que Rodando en dos ruedas, el riesgo de
un accidente está siempre latente y en cualquier
momento se manifestará, indefectiblemente.
En mis 36 años de experiencia rodando
motocicletas, he visto de todo. Difícilmente alguien
me contará una de vaqueros. Por otro lado en estos
36 años, llevo 4 accidentes importantes y 3 de ellos
han sido con entrada a quirófano. Sin embargo, veo
con preocupación que los últimos 3 accidentes han
ocurrido precisamente en los últimos 13 años de
Rodar ininterrumpidamente.
Debo leer los mensajes que me están llegando del
cielo… por ello, he querido escribirles estas líneas
y comunicarles que a partir de esta fecha he
decidido retirarme de la práctica del Motociclismo y
cambiar mi afición por otra menos peligrosa y
riesgosa.
Seguramente nos seguiremos encontrando en el
Open Road, pero de manera diferente. Quiero
agradecerle a todos los Riders amigos y también a
los no tan amigos, el favor de su compañía y la
RIDE & ROLL
oportunidad por haber compartido cuando menos
en los últimos 10 años, Rodadas y Travesías.
Durante el tiempo en que tuve oportunidad de
Rodar baikas, aprendí muchísimas cosas. Fue una
escuela maravillosa que me brindó la posibilidad de
conocer más de las personas y de las cosas.
En estos últimos 36 años quedaron en el camino
vivencias, amigos, desamigos, Rodadas, Travesías,
experiencias y sobre todo, vida baikera intensa.
Tuve oportunidad de conocer la verdadera
naturaleza de las personas con las que interactué y
ese conocimiento es muy valioso, personal e
intransferible.
Recuerdo bien a Gabriel García Márquez laureado
escritor y Premio Nobel de Literatura que en
Octubre de 2002 en su obra Vivir para Contarla,
escribió: “La vida no es la que uno vivió, sino la que
uno recuerda y cómo la recuerda para contarla”.
Siempre he sido fiel creyente de esta premisa. En
estos 36 años vividos con la “baika”, recuerdo bien
la vida baikera que de alguna manera estaré
contando.
Aprendí motociclismo un año después de haber
llegado a Mexicali en 1973, cuando trabajaba para
Kenworth Mexicana. Manuel Guardado y el Chale
Romero (qepd), fueron quienes me introdujeron al
fascinante mundo del motociclismo. Ellos me
llevaron por todos los caminos del Southern
California y por los del Estado de Baja California.
Eran Bikers al viejo estilo. Bondadosos,
Carismáticos, open mind, y con una capacidad
infinita de dar, de enseñar y de compartir su
experiencia, sin que esto fuera a cambio de alguna
“cota” de poder e influencia. No lo requerían. Les
estoy muy agradecido. Fueron amigos de verdad.
Luego vinieron épocas de rodar en solitario, hasta
que llegaron las épocas de las Rodadas y Travesías
en Grupo, con todo lo que esto significa.
Durante ésta época conocí gente y personas de
todo tipo, con usos y costumbres diferentes en la
práctica del motociclismo y que me aportaron de
alguna manera, vida baikera y vivencias personales
muy intensas.
Debo confesarles que también me permitieron
conocer roles y personajes de novela que antes y
hoy, siguen navegando en la comunidad Rider y
Motoneta y que me llenan de recuerdos y que como
material vivencial, tendré el gusto de seguir
contando.
Como ya dije, gracias a todos los Riders y
Motonetos que en algún momento se cruzaron en
mi camino biker. Gracias, porque la convivencia
con todos ustedes fue siempre adrenalínica. Hasta
luego camaradas… So Long Riders…

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